viernes, abril 27, 2007

Descalzo mis versos,
a falta de tiempo,
impaciencia de palabras,
la tinta siempre apacigua la rabia,
todo lo que falta en el espaciado entre palabra y palabra
siempre resulta un universo,
ese vacío que se queda cuando no sabes de que hablar,
entre suspiro y suspiro,

la voz entrecortada,
los días escondida,
cara de estufa encendida,

me hice un corte en el dedo,
mi dedo sangrante,
gotas que vaciaron mi cerebro,
muerto,
siempre sueño cuando no tengo tiempo,
me olvido de sombras, que zampan mis sueños,

de repente,
recibo un mensaje,
me esperas en la esquina del abanico.

sueño, sueño, sueño...

martes, abril 17, 2007

(im)perfecta (im)paciente

Falta, en tu labios,
una sonrisa,
sólo una,
la sonrisa de ayer,
y muchas más.

Falta, entre tu boca,
mi lengua erecta,
firme, buscando tus besos.

Falta en el silencio,
el tuyo,
una esperanza,

Falta, entre mi sábanas,
tu tacto a mi deseo,
33 vértebras se contorsionan bajo el calor de tus dedos,
pequeño saco de huesos,
de carne
o materia,
o de nada, presencia que falta,
es por ti que callo a mi almohada,
calla,
o estalla,

Falta, en las mañanas la mermelada.

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Era la calle,
la talla,
la acera indicada,
el número, tú número faltaba,
faltaba el amanecer, el tiempo, la distancia,
era la calle,
el número faltaba.

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pronóstico para mañana
ojos nublados con probabilidades de lluvia
empañada la mirada.

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Encierro la palabra en su estuche,
el dolor bajo llave,
el pie hundido, como buque o galeón en el océano,
o en la vida,
esta vida llena de gotas de lluvia,
desesperadas se precipitan como en reloj de arena,
doctor, ¿cuántos granos me quedan de vida,
cuánto tiempo, cuántas lágrimas?
el pie hundido en el barro,
sin creencias,
sin versos nuevamente.

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lunes, abril 09, 2007

Crear la luz, disimulando,
parada en la esquina de este barrio marginal,
mezquino cuarto de veneno,
sentimientos mecen a un mar siempre de noche,
frío, feo frío, que se mete por los huesos,
desaparecer la luz de los ojos,
nuca que sisea,
fumo sólo para recordarnos,
el silencio mata los verbos
con los que me comía tu boca,
cabeza queda dormida sobre tu hombro,
atardecer en bancos de madera verde,
desaparece lo oscuro de los versos,
pasan tres motos, a las seis y veinte,
el olor traiciona las bocas que se buscan,
no se encuentran los helados en todas partes,
donde los trapos sucios ya no significan lo mismo,
escuchamos, cariño, el resurgir de los besos,
en tanto dolor, hay un respiro,
en el destierro no hay palabras,
pacto de lobos,
para el hombre el mejor amigo es el perro,
vía láctea que se consume,
monto una fiesta entre mis caderas,
que me agote el baile,
esta noche no acaba, ni dura siempre.