martes, febrero 10, 2009

Existe un límite en la pasión de nuestros labios,
que el roce de las bocas no colma,
es el momento en que me hincas tus colmillos en mi lengua,
y me arrastras con tus manos a tu abrazo.

Existe un límite profundo en nuestros besos,
que no sacia el frenesí de este encuentro,
entonces me adivinas la mirada,
y me revuelcas hasta que el corazón se me desgarra.

Existe un límite eterno en nuestros labios.