viernes, septiembre 28, 2007

Cosas Sencillas

Cierra la puerta el vecino, tez enjuta y seca, despedazados los recuerdos, cose retales, tira cartones, ciñe su cintura hasta el borde de sus costillas flotantes, como si exprimiera sus sentimientos...

la sonrisa, desdentada sonrisa, y esa mirada de cuervo penetra en mi ventana.

Juega con su bastón,
cruza hacia la otra acera,
sin mirar a ambos lados,
tira al contenedor dos bolsas de basura, sin separar para el reciclaje,
vuelve a cruzar la calle, calienta sus manos bajo el abrigo, roído y descolorío,
tararea una cancioncilla curiosa, tal vez olvidada, sin letras ni palabras, solo un sonido que le embriagó cierta vez el alma, y entonces sonríe.

bajo los escalones de dos en dos, salgo, el aire frío golpea mis mejillas, me sonrojo.

clava su mirada en mis rodillas, y ahí queda inerte, extiende su huesuda frente.

buenos días, enuncio como un suspiro

abre la puerta el vecino, la piel reluce, reluce su abrigo, dos pétalos se posan en sus mejillas, ahora las suyas ardientes.