Crear la luz, disimulando,
parada en la esquina de este barrio marginal,
mezquino cuarto de veneno,
sentimientos mecen a un mar siempre de noche,
frío, feo frío, que se mete por los huesos,
desaparecer la luz de los ojos,
nuca que sisea,
fumo sólo para recordarnos,
el silencio mata los verbos
con los que me comía tu boca,
cabeza queda dormida sobre tu hombro,
atardecer en bancos de madera verde,
desaparece lo oscuro de los versos,
pasan tres motos, a las seis y veinte,
el olor traiciona las bocas que se buscan,
no se encuentran los helados en todas partes,
donde los trapos sucios ya no significan lo mismo,
escuchamos, cariño, el resurgir de los besos,
en tanto dolor, hay un respiro,
en el destierro no hay palabras,
pacto de lobos,
para el hombre el mejor amigo es el perro,
vía láctea que se consume,
monto una fiesta entre mis caderas,
que me agote el baile,
esta noche no acaba, ni dura siempre.