jueves, enero 11, 2007

Querría ver las lágrimas de tus ojos,
el rojo fuego de tu ira,
caricia del odio,
que abrasa mi codicia,
culpable,
junto a una vulnerabilidad de que agota,
ahora a un corazón que cierra puertas,
puta alma calzada con tacones de aguja,
guardar el equilibrio siempre es un desafío,
o tal vez se convierte en el no sé qué
o pimienta,
que me tira hacia el deseo,

lágrimas como piedras,
resbalando hacia tu boca,
o mi boca llena de ellas,
quisiera verlas
marchitar tu sonrisa,
oh lágrimas de ira,
o de corazón ensartado
en la telaraña en que se convierte este juego,
siempre que te acercas

lágrimas amargas,
junto a una postal diabética desde otro rincón del mundo,
donde esconder este dolor,
que siempre me causa verte con ella,
dicen del amor
un sufrimiento bello,
no creo que una mierda por ser comestible sea agradable,

atraerte lágrima quisiera,
de esos ojos,
que sonríen tras los cristales,
atraerte,
seducirte
encantarte,
arrastrarte,

hasta llegar a poseerte,
engañarte,
embaucarte,
hechizarte,
y al llegar a cautivarte
saborear cuán dulce es la venganza.

2 comentarios:

Blogger Gsús Bonilla ha dicho...

...el
último verso
pone como los pelos de punta...

pero no me llega a dar miedo.


besos

2:04 a. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

pues a mí este conjunto de amenazas me asustan un poco... porque esconden algo cruel, casi cínico... pero al mismo tiempo tiene algo tierno...

no hay nada que un abrazo no solucione.

saludos!

5:10 a. m.  

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