Que fácil olvidas
A veces no se si he muerto,
mirando en el espejo
puede que sea únicamente
un conjunto de versos,
que no valen billetes
billetes del valor de sueños,
he dejado en un vaso de metal
mi capa de cristal,
metí los recuerdos
en la habitación del olvido,
fantasmas que sacan palabras,
y parece
que a mi atormentada alma,
le guste el sabor amargo del regaliz,
ludopatía que consiste
en saborear los sinsabores,
relamerse en los versos
que me hablaban de ti,
de mí.
Se derriten mis venas,
me desparramo,
como si fuese de cera,
y sé que sólo soy un saco de huesos
kilos de carne,
dos semillas de regaliz,
y unas letras en verso,
será por ti,
que se me seca la saliva
y me cuento los olivos,
que no estarás junto a mí.
Y vuelvo a elegir la cerveza,
que me trae tus recuerdos,
y me invento un reencuentro,
esas dos palabras,
unos besos,
y mi cabello al viento.
El olor de tu cuerpo
no se descubre ya en mi almohada
y me cuento las primaveras
que me quedan sin dormir,
y tú que fácil olvidas
lo que te di.
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