miércoles, mayo 03, 2006

Herida de vida, de muerte herida.

Esperaba el cuchillo

mi llegada

en junio bochornoso fui nacida

cordón umbilical cortado,

y entonces comenzó mi huida.


Herida de vida,

de muerte herida.


Se presentó el comienzo

como cuenco de cerezas,

mil guindas con una podrida,

la adolescencia teniendo la certeza

de alma atormentada contenida.


Herida de muerte,

herida de vida.


Ciento una palabras con sabor a veneno,

y cierto encanto dulce y seco,

sin contar los segundos proseguía,

lamentando el cauce seco de mis días.


Herida de vida,

herida de muerte.


Despertó el reloj,

cierto día a contarme,

que llevaba medio siglo sonriendo,

y tijeras abiertas me dijeron,

hasta hoy!, aquí acabó tu tiempo!

blandiendo el cuchillo,

cortando mis alas,

la muerte me mira.


Herida de muerte,

de vida herida.


Y entonces,

comencé a medir el tiempo,

sobre todo el del silencio,

la oscuridad y el miedo.


Me siguieron mil infiernos,

diadema de espinas y fuego,

coronada virgen de los lamentos.


Cayó una lágrima en la arena,

que se fue al mar, de ellas lleno,

el cuchillo que esperó mi nacimiento,

blandiéndose alto sigue alrededor de mi vida,

me hunde, me ahoga,

me aprieta en la yaga,

me ahonda en la herida.


Herida de vida,

de muerte herida.

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