miércoles, marzo 24, 2010

Cómo admiro la grandeza
de las simples cosas.

El canto del pájaro cambio
por la quinta sinfonía
cambio un rato de soledad
por ese ocaso que me ofreces,
y una margarita por el más bello gladiolo.


El alma
por unos versos
y el cansancio
por una limpia mañana
de besos morenos
y sinceros.

Y tu mirada, esa mirada,
¿por qué la cambio?

El bosque
por la sombra de un árbol,
la grandeza
de la voz,
por un susurro tras mi oreja,
cambio el abrazo amigo
por todo el poder de la palabra.

Y tu mirada, esa mirada
¿por qué la cambio?


El mundo
por el pequeño universo
de mis sueños.
Cambio el lamento
por un grito
y estos versos presentes
por esa limpia mañana de besos morenos y sinceros.

Y tu mirada, esa mirada
¿por qué la cambio?

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