viernes, noviembre 10, 2006

La pecera en medio del parque

Con todas tus buenas intenciones,
vida,
mañanas de primaveras,
en mi estómago dos culebras,

en el parque
que no existe en esta ciudad,
sin caminos para pasear,
dos inmigrantes sentados al pie de una escalera,
con tres ojos en su espalda
del que desata su fusil con miradas traicioneras,
una inyección de temor se ve en sus prietos dientes,

en un mundo con cientos de banderas,
y con tres telediarios al día llenos de cosas buenas,
estallados los vagones del desprecio y del dolor
gusanos mordiendo mi cabeza,
mi buena suerte siempre de siesta,

estoy cansada de jugar a quinielas,
sin frutas que me aporten el veneno
que me impulse a la vida,
que tuve que cruzar a base de pateras,

tres ojos en mi espalda,
y un enigma tras la barra
que me incita a entregarme al ron,
todas las canciones suenan a broma,
y me entrego a perder la cabeza
en las sábanas del país vecino,

y estos días no parecen mas que un pulso de pulgar,
no hago otra cosa que notar el vacío de las palabras,
palabras, únicas, sonidos que no significan nada,
ese idioma que no entiendes,

tirada bajo el sol,
creada del barro,
la imagen se grietó.

vuelve el momento de perder el equilibrio.

1 comentarios:

Blogger Gsús Bonilla ha dicho...

...y lo xungo se refleja en cada poema, si, hay dolorcillo en ellos.


...bueno que sé que cuando las personillas andan jodidas es mu difícil decirlas que si tal o cual,
son sentimientos muy intimus.
y bueno que siempre que llueve escampa.
sólo que eso
que las sonrisas no te se pierdan
ajujetalas.
yo con esa que estalle bojo mis pies, simplemente reventaré.

cuídate.

11:35 p. m.  

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