miércoles, noviembre 29, 2006

Respira

Desesperados minutos
fingiendo ladridos de perro,
aguantando el portazo de lágrimas de cocodrilo,

respira,

respira,

todo pasa,
la tristeza pasa como el ave en dirección a Madrid,

que silencio encierra este cuerpo deshecho,
sin compaña de la luna que redonda se aleja a su destino,
que abandona las tristes garras, del tigre triste,

faltando un mar en sus entrañas,
entrañas
abiertas de tantas nubes de sal y arena,

con un puerto acorazado
viviendo en las pupilas, la sequedad,
y en el corazón el olvido,
cabeza fabrica de tristeza,
y vacía del calor que se bebe por los labios,
lentos,
boca tan lenta
pero ágil espada,
doctorada en penas agrias
y guerras frías,

atropellados los minutos, los segundos y los días,
con los sentidos calvos, de tanto fuego,
dejando de estar a la merced
del ladrón que roba los pechos,
con la pluma hueca
la lluvia lavada en sueños oscuros,

una roca a vista de pájaro no deja de ser una roca.

martes, noviembre 28, 2006

Luz

A esta vida siempre se le antoja nadar en superficie, con miedo a las oscuras profundidades, a lo místico que le aportaría el encanto de dejarse llevar por las corrientes, hacia quizá la Atlántida, o un mar negro que no se quedase en azul, o en verde, con olas que se tiraran hacia la lluvia gris, como me tiras entre tus brazos cuando llevas dos ron de más y un son de menos. Nada tiene que ver el vaho que nace en el cuarto de baño con el rocío que se mece entre los campos de trigo, bajo los amaneceres de mayo, ni las caricias que me das bajo mi nuca al despertarme, con la brisa que transporta la arena de mi playa, porque es mía, mía, como no lo es tu caricia, ni tus besos, esos besos que me entregas pensándote inocente, me duelen tus miradas, como un pinchazo, aguijón de la abeja, cuyo veneno resulta medicinal resuelto en pequeñas dosis, mi soledad, reuma que se me mete por los huesos, que se sirve de tu compaña, de tus lluvias grises, empapando las raíces de esta niña, que siempre fue niña, aun marchitos mis ojos, rojos como amapolas, oh amapola...., tu siempre tan libre, y yo tan sola. Ayer me comí una naranja reciencortada, en el campo, sentada en un tabal, no estaba aún dulce, no me gustan los dulces, ese agriar al meterme el gasgo entre los labios, aprisionando en mi boca sus pepitas, recorriendo un orgásmico escalofrío por mi nuca, como comparar esa sensación con un zumo don simón, o un saco entero del mercadona, ni siquiera puedo compararla con tus caricias, ya sabes que todo el tiempo me hace falta, para sacarme brillo, y tocarme las palmas, y decirme los oles, a este puto ego que me come, que me abrasa, y llega a desfallecerme, de tal forma que ese desfallecimiento me llegue a convertir, en lo que siempre busqué, o tal vez no encontré, que importa el término...

Sigo en este andar, donde todos vienen y nadie va. Yo, mi, me, conmigo, con mi escepticismo, mi libertad negada, mis párpados que siempre tiemblan cuando duermen, eso dices..., con este mi mundo mudo, o parlante, que importa lo bello si es insignificante, y este cuerpecito que siempre tiene frío a lingotes, y sabor a regaliz, cuentas..., y tristeza en las comisuras de los labios, como boqueras, de lo payasa que siempre he sido, o sigo..., aunque no me tiemblen los pies, ni me sobren los latidos, y esta mi vida trasladada, caducada, y luna pasteurizada.

En la negrura de la noche, aparece triste la luz, como una nuez, como un velo que cubre la sombra y la matiza, la absorbe, y la hace suya.

lunes, noviembre 27, 2006

Papelera

Trozo de papel,
con sueños de mar,
horizonte condenado,
marchitos pétalos de amapola.

No es un pozo seco este camino,
sin murallas,
ansia de lluvia,
de rayos,
y ese viento que meza mi pelo,
mi cuna del tiempo,
con carreteras de arena,
que queman mi esperanza de llegar a sonreír,

como el agua que entra en mis pulmones
cuando dejas de besarme los labios bajo el agua,

muerte de despertador,
ese reloj,
que rompe las gargantas,
mujer sin palabras,
heridas sin pecador,
sepulcro donde se rompen los cuerpos,
o las olas,

insomnio,
con fronteras en tus brazos,
y la urgencia de la almohada,
un horario esclavo de las 6 de la mañana.

sábado, noviembre 25, 2006

Pesadilla

Un demonio aparece de pronto en mi sueño. Se ha ido ese sabor a regaliz de mis labios, estos labios gruesos y oscuros, que sienten tanto odio por esta vida puta.

Al despertar, veo mis ojos en el espejo, casi llorosos, como hematíes, tras estas pestañas que enfrascan su mundo, un universo absurdo en el que brilla la esperanza. Tras mi cara encuentro una imagen borrosa, la sombra de la pesadilla, y es que no me dejan los fantasmas.

Con esa voz que me tiembla, y que me acusa, repetitiva, y absurda,

"Desearía morir, desearía morir"

Calla, cobarde, sé que seguiré adelante.

viernes, noviembre 24, 2006

Tritón

Ah!... mensajero de las profundidades,
que con tu caracola elevas mis olas,
rugiendo poderosa bestia salvaje
que corta en dos mis sábanas,

sonrosada piel bajo esa de escamas,
me imaginaría lejos de tus arcados brazos,
exprimidores de toda mi esencia,
como una playa
donde mi insignificancia
se hace tu cómplice,
blanca,
rebosada por tu océano,
infinito horizonte,

haciendo remolinos entre la espuma,
abriendo mis pupilas y entrando dentro,
ojos jadeantes,
respirar bronco que desata mi pulso,
ardiendo el corazón que dice que no siente,
desatando las ondas de mi cuerpo,
en un dulce cabalgar que me aplaca,
rindiéndome a tu pleamar,
desflorada,
lanzando el alarido
tras quedar colmada.

Amainan las aguas,
queda quieta la ola,
caída de catarata,
suelo perforado del deseo,
descansando
como diamante
entre tus amantes brazos.

Dolor

Inquietante espuma, fábricas echando nieve, he visto a una persona en bicicleta en toda la semana, extraño, que haya una, viento de ochenta kilómetros por hora, sin cuentos, sin versos, el color de los laureles, donde vas cabrona vida, nos diriges, fenómeno del niño, trombas de agua, desertización de los bosques, pantanos que se secan en verano, caudales desbordados, y este otoño con camiseta y shorts, ese rollo del cambio climático, y la tele pintada de colores, este no es el camino equivocado, rajando las entrañas de niños que morirán de cáncer, el doctor siempre recomienda una buena alimentación, la radioterapia, la quimiterapia, amputaciones de miembros, revisiones, más revisiones, y otra vez dice el médico que todo va a ir bien, y tan bien, en el limbo de esta vida, puta vida, nadie cuenta las sílabas que se le traban al cabo del día, la capa de ozono con su traje desdeñado, replantaciones gratuitas, tonterías, suenan canciones todos los días, un mundo sin puesta a punto, tanto esfuerzo para que no pase la itv, le tendremos que otorgar la jubilación anticipada.

y ese dolor que siempre me visita cuando veo tu tumba,

el amor no se acaba sólo porque dejemos de vernos

amor,

dolor,

jurar,

otra vez ese puto nudo en la garganta que no me deja expulsar las lágrimas

jueves, noviembre 23, 2006

(escucha)

Detrás del silencio,
este silencio frágil,
y naces,
naces única,
mediante mi voz,
y traspasas el aire,
lo traspasas,
como veneno que se filtra por mi sangre,
(escucha)
Oh! Palabra.

Y ese pájaro tras los barrotes
de su vida
graznando,
gritando...
no puedo salir,
no puedo salir,
(escucha)
Oh! Amor.

Y llegar,
llegar,
volar hacia ese mar
donde la confusión no existe
lamiendo ese limón con azúcar,
recuerdo de niña,
(escucha)
Oh! Poder.

Bajo el lóbulo,
el de la oreja izquierda,
siempre quedó sorda mi derecha,
como si ese perímetro no pudiera ser descifrado,
con otro código,
es decir palabras sin sentido
que ruedan por el aire hacia un mar de confusión,
(escucha)
¿no es todo esto del amor una cuestión política?

despierta,
despierta,
como la luz que amanece
al descorrer las cortinas,
susurro
en un principio
esa voz,
tan débil,
débil,
como el nudo que siempre reside en mi garganta,
no consigo gritarte,
(escucha)
Oh! esta incertidumbre que me mata,
la espera...

Pronto,
pronto,
acércate
hacia esta loca que nunca duerme,
cabeza doliente,
me arrastro,
como arena que transporta el viento hacia la duna,
tu duna,
bajo ese pecho caliente que aguarda,
y esa piedra,
poema que duerme,
que no ha nacido
porque no ha sido creado,
(escucha)
cabeza, aquello que dicta mi conciencia,
Oh! Inspiración,
dónde te escondes...?

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martes, noviembre 21, 2006

Veneno

están en algún sitio/ nube o tumba
están en algún sitio/ estoy seguro
allá en el sur del alma
es posible que hayan extraviado la brújula
y hoy vaguen preguntando
dónde carajo queda el buen amor
porque vienen del odio.
M. Benedetti (Desaparecidos; 1984)



Mirando bajo estas pestañas,
que tapan el mundo,
húmedo,
pupilas que traspasan,
precipicio de carne,
tu cuerpo,
mi cuerpo,
y ese gesto casi obsceno
que practicas al volverte,

este pensamiento,
siempre en desorden,
caótico,
nube que se metamorfosea
y se convierte en lágrima,
alas del eterno abrazo,
que marchitó mi cariño,
mi sentimiento,

y te vas con esas mechas,
con esa boca hiperdentada,
con papada,
bacon,
como parte del cerdo que formas,

concentrándome
en ese intento de no tocarte,

envenenados los pulmones
por la nicotina
del cigarro light,
y desintoxicarme
murmurándome palabras al oído,
que apaguen este mar de celos,

letargo,
por el consumo de adormideras,
cuadro de amapolas,
que mecen este aire,
modorra en la que te siento cerca
salibando,
soñando que partes por mi cintura este cuerpo,
estallando mi gemido,
purificando con tu savia,
este frío,
o calor
que habita en el corazón de mis mejillas.

Odio,
veneno
que exacerba
a base de bocados,
esta lengua que pícara
inocula esta pócima
para hacerse dueña de tus labios,

y clava los colmillos ofidios,
coagulando tu sistema neurológico,
embalsamando ese trocito de tu cuerpo,
para llevarte a la cárcel de mis piernas.

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lunes, noviembre 20, 2006

Sangre negra, o azul, o verde...

Sangre azul,
o verde,
o negra,

sangre que no colorea flores,
que las marchita,
déjalas sin perfume,

sin esa textura que sólo el amor aporta,
como savia pudre las raíces de este corazón,
corazón que no late,
por el que no pasa esta sangre,

azul,
o verde
oh negra sangre,

que me consume,
que no cierra heridas,
mas bien le mete piedras,

mirada negra de este ser,
interrogación que abarca mi cara,
mi alma,
este alma negra,
opaca como tierra volcánica,
lava arrasadora de toda flor,

azul,
oh verde sangre,
o negra

privando a la primavera
de ese perfume que la felicidad aporta,
porque infeliz eres

y destructiva,
porque es infiel
hasta en la mirada,
verde sangre que traspasa el iris,
que se clava entre los sabios de este ser vulnerable,

negra sangre,
o azul,
o verde,

desde lo alto del encofre,
me miras,
y dices que soy una despegada,

abofeteas a este corazoncito,
piedra negra,
carbón
por el que la sangre no pasa,

ni siquiera colorea mis mejillas,
y la sangre tiñe mi pelo,
no deja que las canas crezcan
en este alma que no crece,

acomodada entre la fuente de la juventud eterna,
que vive del agua de las noches.

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domingo, noviembre 19, 2006

Desnuda

Desnuda,
un cuerpo cubierto de versos,
de lágrimas del viento,
surcos de baba de caracol
en las raíces del tiempo,

me quito, me quito,
y quedo muda,
muda,
robada la palabra,

y rodando salgo entre las escaleras de tus dedos,
tinta,
puesta de sol en unos ojos opacos,
ocaso sin brillo,

muerte,
después de esa mentira blanca,
o negra verdad,

salgo a pasear entre las páginas de tus versos,
un horizonte que nunca alcanzaré,

y aún así me desatas,
abofeteas mis nalgas,
y pierdo los sentidos
y todo sentido de lo práctico,
amor,
dolor,

y ese verso tuyo que me llama,
que me entrega,
entretiene las horas que quedan de esta fecha,
noviembre,
que importa el día,

y me oprime una libertad,
la libertad del creyente,
una fe inalcanzable,

y entonces estallo,
me desbordo,
y sólo consigo estas palabras,
inconexas,
llenas de viento.
desnuda.

Anoche

Los labios pierden con mi silencio,
soy yo la que duerme sin tus besos,
sin tu tiempo,
un hola,
hola en silencio,
labios con miedo;
estos labios que duermen,
que no viven,
dormir no es vivir,
ni besan,
dos labios rojos
que se hacen daño,
al no ser acariciados,
para pronunciar tu nombre.

Tus manos,
acariciando el cristal frío,
esa diferencia que tú sólo encuentras
entre el barceló y el brugal,
esconde tus manos
que me acariciaban,
arden mis dedos
del deseo contenido,
y un frío de desierto
me hielan las venas.

Oh! la memoria,
ese recuerdo tan frío,
frígida amnesia
que hace aflorar lágrimas
entre mis manos,
dos clavos que se atraviesan
bajo mis dedos,
y no muero
sólo porque no te olvido.

Con mi rostro entre mis manos,
me quedé dormida.

Duerme,
no vive,
no olvida,
no muere.

viernes, noviembre 17, 2006

La Antilla.















Echarte de menos,
piel salobre,
fluido que envuelve mis valles,
mis montes se empequeñecen ante tu mirada,
porque erosionas sus crines
con tus frías aguas,
y tus dedos me ahogan y me salvan,
al amanecer
parece que te bozas,
y en la tarde vives en calma.

Echarte de menos en este lugar
sin rincones para pasear,
mis heridas cubiertas de sal,
en esta cueva de invierno.

90 años no es nada















Hoy visto de negro,
ojos negros,
negro pelo,
negro día,
día de duelo.

Duelo,
porque duele su marcha,
tu ignorancia,
no puedo hacerte comprender
esta historia formada a base
de cachitos de estrellas,
dos estrelladas llenas de ideas buenas,
formando un cielo,
con fecha de caducidad,
partido en mil pedazos
no puedo hacerte entender
mis segundos,
y el porqué de mis portazos,
respiro lágrimas en este aire lleno de ozono,
esa foto que me mira
desde el suelo de mi habitación.

Viste de negro,
ojos negros,
pelo blanco,
viendo el paso del tiempo,
no ayuda tenerlo tan claro.

Miro sus pequeños ojos,
los labios hundidos
en ese mentón desdentado,
su frágil piel,
cristal su coraza,
no esconde verdades
ni mentiras que soñar,
no hay esperanza
de terminar temprano.

El dolor se hace más débil con el tiempo,
caen las hojas en otoño,
este invierno ni llega ni se marcha
los sueños se hacen pequeños,
ayer me encontré un camaleón
asomado tras las hojas de un arbusto,
buscando los últimos rayos del sol
del día,
salí al patio y te vi de espaldas al sol,
y tus entumecidos huesos buscando consuelo.

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jueves, noviembre 16, 2006

Calla

Esa décima de segundo
esa palabra,
calla,
cierra tu mundo,
desata ese nudo de tu garganta.

Sonido, apaga,
silencia esos ojos,
reprime la caricia,
el pestañeo,
ese sonrojo bajo tus párpados,
niña,
calla.

Cabeza,
dura cabeza de porcelana,
carita de muñeca,
piensa,
por una vez piensa,
antes de hablar,
razona y calla,
mantén tus ojos sin brillo,
pupilas sin esperanza,
aplaca a las mariposas
que habitan en tu garganta.

Extingue ese calorcito
que nace sobre tus pómulos,
semblante de percherón,
fortaleza casi sobrehumana,
detén tremenda tartaja,
domina las campanillas
que trinan bajo tus faldas,
salva al murciélago
que delira en ese tiesto
que dices que es tu cabeza,
oh niña,
piensa,
calla y piensa.

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miércoles, noviembre 15, 2006

Demonios

Encendiendo la caldera,
allí donde no me moja el agua,
caliente,
ardiente carbón que me ciegas,
perdiéndome en los rincones de mi espalda,
mi cobijo de alas anchas,
tigre de dientes de sable,
volver para ver esos ojos grises,
me falten dos púas en la garganta
que me impidan entregar mi alma,
me hubiera rendido a quedarme contigo,
marcharme contigo,
frenar estas ganas de tirarme al vacío
de haber sabido lo que echaría de más,
en este cielo que se cae
porque tú no estás,
porque tú me faltas.

Aunque no lo sepas,
dejaste una huella
imborrable,
en esa parte de mi cama,
que si toco casi me hiela,
que rompe mi coraza de hojas muertas,
de páginas de palabras,
ese otoño que marchita el jardín de mi cueva,
encendiendo con recuerdos,
los labios del deseo.

La escalera a la que me lleva
este laberinto sin fauno,
que me entrega a una mentira,
estos huesecitos cada día más flacos,
lejos de la tierra,
en un mar inestable.

lunes, noviembre 13, 2006

Caminando

Caminando hacia las carreteras,
deshago las maletas de mi vida,
coraza casi derretida,
hundida la almohada
donde consultaba mis heridas,
dos ojos color aceituna,
brillo color a luna,
gotas de lluvia ácida mi lagrimal,
que emana suero hiposódico
por dondequiera que va,
desafinadas canciones
que me cuentan mil batallas,
raíz que se quemó desde las entrañas,
perdida en un camino casi destrozado,
agua y sal en un mar tan lejano,
y eso que soy la fuerte que enciende el hogar,
cómo parar sin dejar de caminar,
oposito con un par de cojones,
para esta vida mutilada.

Hace falta decir
que no puedo controlar
ese lagrimal prostático,
que no me quedan más excusas,
excusas para seguir viviendo,
y no hay guerra hermosa
que intentarlo de nuevo,
a tiro de matasuegras,
tardes de fusiles,
escopeta cargada,
sangrantes versos
poemas llenos de zulos,
y mi alma no deja tregua
en los intentos de hacer
las cosas como era debido.

Y casi he muerto al descubrir
esos rotos ojos,
y ese dolor a escondidas,
un aniversario horrible,
festejo de las palabras que hieren
el alma de un ama podrida,
enredadera que aguardas tras las esquinas.

Destrozando los principios de esta guerra
que nunca parará,
no toda guerra es absurda,
cargando la metralla,
destrozando las vísceras de esa insensata serpiente
que me ofrece las manzanas.

Siempre encuentro charcos

Tan sólo,
tanto,
sólo un año,
todo un año

tan lejos,
tan cerca,
una conferencia a través del tiempo,
debajo de mi cama sólo hay polvo,
y dentro de mi cabeza mil cocos sin miedo,
mi realidad pasó a ser mentira,
y será para siempre,
eterna melancolía
en los momentos en blanco,
con esa mirada que atraviesa las paredes,
que retrocede en el tiempo,
vuelve tu mirada,
tu sonrisa,
tu salero,
me inundo de nuevo.

Sin paraguas,
que paren mi cielo,
cubierto de nubes entero.

Libro de pasta azul,
título que no recuerdo,
sentada junto a tu cama,
manos frías,
ojos abiertos,
enciende la luz,
la luz está encendida mamá,
enciende la luz,
madre ya acaba,
ya termina
no puede ser,
mira su pecho,
no respira,
siempre me persigue ese momento,
cierro las puertas
y de nuevo lo encuentro.

Me uno al viento que me trae tu fragancia,
a rosas y pan recién hecho,
a tarta de manzanas,
y risas y a chimenea,
voy a responderte,
a contarte,
a buscarte,
y muero de la sobredosis de nostalgia,
echando de menos por lo que hay,
por lo que queda,
y esa pesadumbre sobre los hombros,
que me hace responsable de lo que hay,
de lo que queda,

Y es cierto que siempre lloro por ti,
sin atreverme a sentir,
o a ser feliz,
por palpar esa culpabilidad que no puedo evitar,
la niña no tiene sueños,
rissoto desencantada,
saltando sin paracaídas.

Andando los días
con botas de aguas.

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viernes, noviembre 10, 2006

La pecera en medio del parque

Con todas tus buenas intenciones,
vida,
mañanas de primaveras,
en mi estómago dos culebras,

en el parque
que no existe en esta ciudad,
sin caminos para pasear,
dos inmigrantes sentados al pie de una escalera,
con tres ojos en su espalda
del que desata su fusil con miradas traicioneras,
una inyección de temor se ve en sus prietos dientes,

en un mundo con cientos de banderas,
y con tres telediarios al día llenos de cosas buenas,
estallados los vagones del desprecio y del dolor
gusanos mordiendo mi cabeza,
mi buena suerte siempre de siesta,

estoy cansada de jugar a quinielas,
sin frutas que me aporten el veneno
que me impulse a la vida,
que tuve que cruzar a base de pateras,

tres ojos en mi espalda,
y un enigma tras la barra
que me incita a entregarme al ron,
todas las canciones suenan a broma,
y me entrego a perder la cabeza
en las sábanas del país vecino,

y estos días no parecen mas que un pulso de pulgar,
no hago otra cosa que notar el vacío de las palabras,
palabras, únicas, sonidos que no significan nada,
ese idioma que no entiendes,

tirada bajo el sol,
creada del barro,
la imagen se grietó.

vuelve el momento de perder el equilibrio.

jueves, noviembre 09, 2006

Vivo sin fe

He guardado tres secretos
en el fondo de mi herida,
he guardado tres mentiras
en las ventanas que me guían,

sin llegar a comprender
que mi vida quiera ser vida
y miro mis ojos,
ventanas en una cara sin fondo,
que iluminan a base de espinas candentes
dejando que el espacio me envuelva
ese entorno que me carcome,
me absorbe, pasando por un embudo que me comprime,
y exprime mis gotas saladas,
consumiendo la sal de mis días,

pero no,
yo no lloro,
sólo me sangran heridas,
y miro mis ventanas, cuasi desconocidas,
porque no son las de ayer, son otros ojos,
es otra historia la que cuenta esa niña,
ojos que oscuridad prometen,
no brillan,

tras escuchar las palabras
que mis oídos espían,
no es el rumor del aire,
es verdad cortante y fría,
que hiela mis tímpanos,
sordos,
cóclea que se detiene,
horizonte en una mente marchita.

martes, noviembre 07, 2006

Soledad entre mis sábanas

Me encierro en esta soledad
no apta para menores de edad,
las nubes llaman a mi ventana
oxidada,
mientras te miro,
invento dejarte de mirar,
a veces ni siquiera me dejas respirar

y harta de que me invites a cenar,
no creo que sea posible meter tus labios en un bocadillo,
siento que quiero todo eso que no quieres dar,

tirado sobre este sofá de condiciones,
formando ese perfecto animal de carne humana,
viendo como tu pecho sube y se desinfla,
respiración que no se entrecorta con mis ojos,
con esa piel hermosa que posees,
esa corbata desatada se desliza en ese torso en que quiero perderme,
como el caramelo de menta que se deshace en mi cavidad bucal,

este amor que gime a cada paso que da,
me hace mortal,
desnuda,
arrasada por un mar de inquietudes,
de incertidumbre,
me posees como un dios opulento,
esa fuerza potente que me desboca,
me abate,

siempre me dejas intacta,
se repite la misma noche entre mis sábanas.

lunes, noviembre 06, 2006

el cielo se derrama esta noche

Se ha caído el cielo entre mis manos esta noche,
anhelo el calor del verano
ese dolor que acompaña a mi cuerpo,
que lo desvanece,
sin besos que terminan ese ayer,

el cielo ha vomitado esta noche entre mis sueños,
que decir si el final no a hecho mas que comenzar,
los momentos que viví por mí,
por esa luz que olvidé,
esperando a la esperanza,
separa el tiempo esta distancia,

el cielo ha inundado mi mundo esta noche
mi tiempo ha pasado,
se agotó el minuto de la muerte,
en este pasillo estrecho que supone mi vida,
sin canciones sobre amaneceres
viendo chocar al sol entre las montañas,

este cielo que se hunde en mis brazos esta noche,
en este mundo de ocasos,
ese volcán siempre latente,
dormido, que busca alguna grieta
por la que expulsar su lava,
manjar entre los labios de una puritana
mirando a un ayer sin corazones,

mi cielo se olvida de mí esta noche,
hoy me he dado cuenta
se escaparon mis segundos
la oportunidad de volver a
colorear tus pezones entre mis labios,
acariciar ese trocito de tu cuerpo que me calma,
sin encontrar otra forma de querer,
sin recuerdos que rompan este adiós,
diluvio de palabras que no saben decir que
te quiero
mi sonrisa se la llevaron tus iris.


El cielo se derrama esta noche
un cielo de palabras
que se tiñen borrosas,
no puedo pedir que me quieras
no puedo perder que me quieras.

domingo, noviembre 05, 2006

Noche de princesas

Noche de princesas
limando a base de alcohol sus asperezas,
habla con el tío que está detrás de la barra,
siempre contesta lo mismo a todas las tías,
es tan original que me entran ganas de vomitarle.

Ocho horas encima de unos tacones de ocho centímetros,
de mayor tendrá juanetes,
la niña se toma un chupito de vodka,
es valiente como ella sola,
dos minutos después
el negro segurata la lleva en brazos hasta la puerta,
dos luces naranjas fuera ondean,
un tío le hace una foto con el móvil,
le escupo, pero no se da cuenta,
una pena,
el príncipe azul de la barra sigue poniendo copas.

viernes, noviembre 03, 2006

Carnaval

Este carnaval,
de entradas y salidas,
de visitas a escondidas,
se me queda vacío,
a las tardías horas del día,

estribillo que se repite demasiadas veces,
en esta estrofa se me queda parada,
la lengua entumecida,
de lamer la miel que me ofreces,

este carnaval rancio,
que no tiene raíz,
desertización de sentimientos,
como feudo que se queda tan pequeño,
tan insignificante,
y dices que es un amor secreto,
secreto de vértigo,

carnaval de máscaras,
Venecia entre sábanas calientes,
estrellados en la vida corriente,
y dices que no soy valiente,
destrozas mi aliento
y mi mente.

Carnaval que me miras distante,
entre miles de gente,
en la calle,
agotas mi paciencia,
victima de tu sombra,
de tu ausencia.

Carita triste

Esa dureza,
tocada por el viento,
y el tiempo,
se derrite,
carcome mi melancolía,
acariciada por el viento,
por el tiempo,
encontrando mis canas,
en ese tiempo que parece que no he vivido,
esta carita de pena,
mirándose al espejo,
haciéndose invisible,
sin perseguir sueños imposibles,
días de humo,
de haberlo pensado,
hubiera abandonado al principio.

Ohhhh, carita triste,
deja de mirar esa ventana,
arranca la pena de tus ojos grises,
silueta opaca tras esa cortina,
coraza de espinas,
que te daña el alma,
sal a buscar esa sal que perdiste.

Ohhh, carita triste,
muestra tu sonrisa,
esa que abandonaste cuando volviste,
desata los lazos que te colgaron del puente,
tírate hacia este río de vida,
agárrate fuerte.

miércoles, noviembre 01, 2006

Ilusiones-------------Desesperanza

Guardo un diente que se me cayó
que olvidó el ratón,
y al día siguiente esperé,
aguardé en la noche su llegada,
el señor Perez no apareció,
ese colmillo fue mi tesoro.

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Tito Coco,
era mi tio imaginario,
un policía del inframundo,
se desvivía por salvar al universo,
ese loco,
loco de ilusiones lleno,
me dedicaba a mirarle entre mis sueños,
en aquellos momentos,
el camión del basurero
es lo único que me daba miedo.

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Escéntrica niña,
que jugaba con pelotas,
con los coches
y a los trenes,
a indios y vaqueros,
abriendo los ojos al mundo,
diciendo
yo soy fea,
niña guapa que ensuciaba el chandal blanco,
sin pedir permiso
creció a ciegas,
al volver la esquina.

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Navidad,
luces del portal,
regalos en el árbol,
caramelos rebosando un calcetín,
una caja llena de besos,
leños en el hogar,
hucha llena de estrellas,
arca llena de mar,
un cinecin con películas del mundo
una bici sin ruedas
para al cielo llegar,
respirándose feliz.

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Esta niña no duerme,
no necesita hombro
ni vereas,
acorta el camino a las estrellas,
solo respirando
entra sin pedir permiso,
ya lo sé
en su mundo todo tiene sentido,
nada extingue sus gritos,
la niña sonrisa
dentro de su abrigo azul,
abrigo del Principito.

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La niña lágrima,
no le duelen los golpes,
nunca está asustada,
no dice ni media palabra,
se acuesta bajo la cama,
no despierta las mañanas
porque no duerme entre las sábanas,
pero no es nadie sin esa boca,
sin la palabra.

la niña lágrima
nació de la conciencia,
de la soledad,
del reloj sonando a las 7 de la mañana,
de la muerte de la madre,
del corazón indomable,
de las ansias de vivir,
del jodido cáncer que quemó las entrañas,
de la mentira,
la crueldad,
de las guerras,
de perderse en las aceras,
de pasar desapercibida,
de los ojos que miran al mar,
mar que nunca alcanzará,
de la pérdida de ilusión,
del calor en verano,
del calor en invierno,
de confundir a los hombres
con las flores,
de montarse en la moto
y abrazar el asfalto,
de cortar los sueños tras las barras del bar,
viento haz el favor de secar las lágrimas,

oh! niña lágrima
ahoga ese otoño,
esa ansiedad,
piensa en navidad.

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